Laura y su sana costumbre de perder trenes -o casi- y bátir el récord de carrera en taxi Atocha-Chamartín, teletransporte abrupto hasta Gijón, viendo nieve y vaquitas y paisajes imposibles desde el tren colapsado de bloggers. Y Gijón y el sol y LABoral, y perderse entre anónimos, y la dulce ebriedad de las letras digitales
Laura Rosal
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