3. Gijón, la excepcional Paradiso libros, donde los ejemplares milenarios de Catch 22; temperaturas favorables, sidrerías como cápsulas espaciales (la interpretación inevitablemente kitsch, ruborizante, del turista), el horizonte verdegris, el espacio extremadamente apacible, la excitación previa y durante la exposición oral de las poéticas individuales, sin ninguna posibilidad de protegerse en el parapeto de los lenguajes con los que cada uno de los ponentes optamos por sintetizarnos: el encuentro de bloggers como clínica de desintoxicación digital. Mola.
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5. Cada vez que asisto a un spoken de Fernández&Fernández pienso en la distinción bourdieana de los comportamientos del consumidor cultural: el hincha deportivo jalea; el oyente de ópera y de recitales, independientemente de sus impresiones, aguarda apaciblemente al final para felicitar la representación. El show de spoken sigue entendiéndose como literatura, no como concierto de rock. Mal. Me impacienta la represión del superego, del Pathos. “El periodista económico: tío, ¿no tienes sangre? […] Tú no tienes [...] Aumentemos los índices de...” Jalead, tíos; no aplaudáis.
Ibrahim B.
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